lunes, 20 de noviembre de 2006

Closer and better

Hace un par de días volví a degustar Closer (Mike Nichols, 2004), y sus intensos sabores deleitaron mi paladar como la primera vez que entraron en contacto con mis papilas cinéfagas. Paso a enumerar algunas de sus virtudes:
-Se apoya en sólo 4 personajes, tomados normalmente de dos en dos, pero sujetos a otras permutaciones; el resultado es brillante y no achaca el origen teatral del guión.
-La escena en la cabina de streaptease es sublime; vale la pena ingerir la película sólo por verla.
-Natalie Portman demuestra dos cosas: que no es una niñata insulsa; y que un actor/una actriz dependen enormemente de sus personajes.
-Clive Owen, pedazo de intérprete, recupera esa virilidad de la buena, la que no cae en el machismo zafio, que se había perdido con la vejez de Sean Connery; claro que le ayuda el contraputo del melifluo Jude Law (por otra parte, perfecto en su papel).
-Abunda el sexo oral, es decir, en los diálogos de los personajes; debe de ser la película en la que más se habla del tema sin una sola referencia visual.
En el debe, la actuación de Julia Roberts, a la que le falta un punto de cocción, tal vez porque su personaje es el más insulso; masticar con cuidado sus apariciones en escena para evitar indigestiones.
Mi veredicto: alta cocina; sabores intensos; no apta para estómagos livianos; generosas dosis de picante.

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