viernes, 24 de noviembre de 2006

Muere Philippe Noiret... cierra Cinema Paradiso


Se llamaba Philippe Noiret, pero para los amantes del séptimo arte siempre fue Alfredo. Fue uno de los más grandes del cine francés con sus 125 películas, pero para nosotros era el viejo operador de cine del Cinema Paradiso. Formó pareja artística con Catherine Deneuve, Romy Schneider o Simone Signoret, pero todo el mundo le recuerda de la mano de Totó, aquel niño que se escapaba de casa para soñar delante de una pantalla de cine.
Descanse en paz.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Borat: cocina-fusión

Éxito arrollador en USA, a pesar de estar elaborada con ingredientes muy económicos, Borat es uno de los mejores hallazgos de la cocina-fusión que se ha servido en las pantallas en los últimos tiempos. Su innovador emplatado hace difícil colocarle una etiqueta: ¿falso documental?, ¿hard-reality?, ¿tomadura de pelo?
Perfecta en su duración, ofrece algunas perlas sublimes, no siempre proporcionadas por el magnífico chef y alter ego de Borat, Sacha Baron Cohen, sino a menudo aportadas por involuntarios pinches que, aquí está la gracia, se retratan a sí mismos como lo que son: fanáticos, patanes o, sencillamente, imbéciles, según los casos.
Por estar entre fogones, me decantaré, de entre tantos sabores sublimes, por la cena a la que se presenta Borat tras unas supuestas lecciones de buenos modales; por el resultado (brutal), se diría que el encargado de dárselas fue el peor elemento de un presidio siberiano.
Tras las flores, una advertencia: que nadie piense que estamos ante algo así como la reinvención del cine, algo que parece desprenderse de algunas críticas que ha recibido la película; sigue siendo el mismo negocio de siempre: una cámara, un director y unos actores, sólo que no de la forma en que estamos acostumbrados a entender estos elementos.
Veredicto: para amantes de los platos diferentes, transgresores; breve pero suculenta.

lunes, 20 de noviembre de 2006

Closer and better

Hace un par de días volví a degustar Closer (Mike Nichols, 2004), y sus intensos sabores deleitaron mi paladar como la primera vez que entraron en contacto con mis papilas cinéfagas. Paso a enumerar algunas de sus virtudes:
-Se apoya en sólo 4 personajes, tomados normalmente de dos en dos, pero sujetos a otras permutaciones; el resultado es brillante y no achaca el origen teatral del guión.
-La escena en la cabina de streaptease es sublime; vale la pena ingerir la película sólo por verla.
-Natalie Portman demuestra dos cosas: que no es una niñata insulsa; y que un actor/una actriz dependen enormemente de sus personajes.
-Clive Owen, pedazo de intérprete, recupera esa virilidad de la buena, la que no cae en el machismo zafio, que se había perdido con la vejez de Sean Connery; claro que le ayuda el contraputo del melifluo Jude Law (por otra parte, perfecto en su papel).
-Abunda el sexo oral, es decir, en los diálogos de los personajes; debe de ser la película en la que más se habla del tema sin una sola referencia visual.
En el debe, la actuación de Julia Roberts, a la que le falta un punto de cocción, tal vez porque su personaje es el más insulso; masticar con cuidado sus apariciones en escena para evitar indigestiones.
Mi veredicto: alta cocina; sabores intensos; no apta para estómagos livianos; generosas dosis de picante.